El 17 de junio de 2024, el Gobierno español aprobó la Denominación de Origen Protegida (DOP) «Miel de Málaga», permitiendo que la miel producida en la provincia lleve esta distinción en su etiquetado. Hasta entonces, la miel malagueña solo podía comercializarse como «miel producida en España», sin destacar su origen específico.
Este reconocimiento resalta la calidad única de la miel de Málaga, atribuida a las numerosas horas de sol que favorecen una floración excepcional, influyendo positivamente en el sabor y las propiedades del producto.
Apicultores locales, como José Antonio Fortes de Alcaucín y Juan Manuel Montiel de Casabermeja, celebran esta distinción, ya que ofrece una garantía de excelencia al consumidor y aumenta el valor de la miel en el mercado.
La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) destaca que esta DOP no solo incrementa la competitividad y valor de la miel malagueña, sino que también proporciona protección legal contra imitaciones y fraudes, asegurando que solo la miel producida en Málaga pueda llevar esta denominación.