CONSEJO REGULADOR

Denominación de Origen Miel de Málaga

Quienes somos

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Miel de Málaga se encarga de la gestión y promoción de las ocho mieles de Málaga reconocidas bajo este sello. Estas mieles, a fin de obtener dicha marca de garantía, se analizan para comprobar que cumplen con los estándares de calidad establecidos en el Pliego de Condiciones publicado en el BOJA además de estar sometidas a un seguimiento exhaustivo que demuestra que son producidas, desde la colmena hasta su envasado y etiquetado, en la provincia de Málaga.

Esta actividad se lleva a cabo en la localidad de Colmenar y ha sido una iniciativa de la Asociación Malagueña de Apicultores.

¿Por qué DOP Miel de Málaga?

Tradición e Historia

La historia de la miel en Málaga se remonta a la época fenicia en la que, si bien no se practicaba la apicultura moderna todavía, ya se extraía miel y se comerciaba con ella desde uno de los puertos más importantes del mediterráneo; el de Málaga.

Desde el mismo puerto, durante el Reino Nazarí, se exportaban productos como higos y uvas confitados con miel.

Se han encontrado registros más recientes de compra-venta de miel de Málaga que abastecía a la ciudad de Melilla de este producto, así como escrituras que demuestran la donación de terreno a vecinos de Málaga para establecer sus colmenares.

Por recordar algunos otros datos históricos, podemos nombrar las Rentas Mudéjares del Obispado de Málaga de 1497, donde recoge la miel como uno de los cultivos que deben pagar el diezmo abonado, normalmente, en especie.

En el Libro de las Ordenanzas de la muy noble y muy leal ciudad de Málaga, de 1556, impresas en 1611, en los folios 120v-121r y 121v, se encuentran las órdenes que debían seguirse en cuanto a las colmenas.

Pascual Madoz, en su «Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico de España» resalta la variedad y abundancia de la miel que se produce en muchos municipios de Málaga.

Por último, cabe resaltar la estrecha relación de la toponimia malagueña con la apicultura, contando con lugares como Colmenar, Arroyo de la Miel, Río de la Miel (Nerja), entre otros.

Málaga es una provincia de encrucijada biogeográfica influenciada por el Atlántico, el Mediterráneo, Europa y África y, a nivel regional, por su posición en Andalucía central y el sur de la Península Ibérica. Así Málaga tiene una gran riqueza orográfica, litológica y bioclimática con cuatro pisos de vegetación y cuatro intervalos de precipitación, conforman una gran diversidad de ecosistemas posibles para las plantas, que se agrupan en siete áreas biogeográficas, distintas por su flora, vegetación y uso del territorio. Además, Málaga alberga cinco Parques Naturales y un Parque Nacional.

Estas características se traducen en cuarenta tipos polínicos asociados a la flora apícola de la provincia de Málaga, que se utilizan como marcadores geográficos, que nos permiten diferenciar la producción melífera malagueña del resto de producciones de la Península Ibérica y Europa.

En Málaga predomina un clima templado cálido que varía según el relieve y la situación geográfica. En costa oriental predomina el clima mediterráneo subtropical y en el extremo oriental el mediterráneo oceánico, con lluvias más abundantes. Al norte, encontramos el mediterráneo continentalizado con inviernos más fríos.

Esta diversidad climática marca rutas de trashumancia apícola realizadas en búsqueda de floraciones sucesivas en el año, que permiten tener las colmenas activas durante más tiempo y obtener mieles monoflorales.

Asimismo, Málaga recibe muchas horas de sol, permitiendo la actividad de las abejas más horas por año, lo que unido al buen hacer de los apicultores malagueños, propicia la obtención de mieles de muy baja humedad.

El sector apícola malagueño, al igual que en otras muchas provincias, está diseminado en las zonas rurales y, conformado básicamente por explotaciones familiares, es uno de los más organizados de la ganadería.

Los apicultores de Málaga conocen y practican los tradicionales movimientos trashumantes, entre los que destacan los movimientos interior-costa, unos traslados de asentamientos apícolas realizados en vertical que buscan las floraciones específicas de cada altitud y época del año.

El buen hacer y conocimiento de los apicultores y la organización en asociaciones como la AAA (Asociación Andaluza de Apicultores) y la AMA (Asociación Malagueña de Apicultores) han mantenido hasta nuestros días la industria de la miel en una región con tantos posibles como es Málaga.

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